El
contrato de concesión mercantil como modo de expandir tu negocio
El contrato de concesión mercantil es una herramienta para crecer tu negocio para la distribución de bienes y servicios, inclusive puede abarcar hasta el proceso de producción.
Este acto jurídico es un
acuerdo de voluntades donde una persona física o moral, denominado concesionario, implementa un negocio
del que es dueño a disposición de otra persona –comúnmente empresario o
comerciante– denominado concedente para vender por cuenta
propia y por tiempo determinado o indeterminado en una zona geográfica
establecida los productos o servicios acordados, bajo la supervisión en todo
momento del concedente.
En palabras de Lembo
Rosales[1] se define como aquel
contrato en virtud del cual un empresario llamado concedente se obliga a otorgar a otro llamado concesionario la distribución de sus productos o servicios o la
utilización de sus marcas o licencias
o sus espacios físicos, a cambio de una retribución que podrá consistir en un
precio o porcentaje fijo, o en una serie de ventajas indirectas que benefician
sus rendimientos y su posición en el mercado.
Beneficios
para el concedente: Uno de los beneficios es el efecto
económico inmediato que se obtiene, dado que se está autorizando la fabricación
de los productos o servicios de manera masiva sin alertarse del régimen de
distribución menor que pueda acontecer, deslindándose de cualquier riesgo sobre
la venta final de esos productos y en caso de conflicto, la responsabilidad
recaerá en el concesionario.
Otro beneficio es la expansión
colateral en los ingresos de la empresa o negocio, además de que ese crecimiento
inmediato no implica riesgo laboral, fiscal y control sobre el
concesionario.
No obstante a lo anterior,
lo que busca el concedente con este contrato es abarcar nuevas áreas
geográficas, nuevos establecimientos donde se venda el producto o servicio, y
se siga consolidando el prestigio de su negocio.
Beneficios
para el concesionario. El principal beneficio es crear un negocio
sin empezar desde cero y con altas posibilidades de éxito, obteniendo la
experiencia en el mercado que te ofrece el concedente.
La inversión es menor y
cuentas con exclusividad, entendiéndose
esta como la limitación en la capacidad del concedente para distribuir los
productos o servicios en el área geográfica que le corresponde al
concesionario, explotando el nombre comercial, prestigio, publicidad, redes de
distribución y clientes que se canalizan en este contrato.
Relación
laboral: La relación que se deriva entre el concedente y el concesionario
no es de carácter laboral, en razón a que no existe subordinación alguna entre
las partes contratantes, ni remuneración por un trabajo realizado, sujetándose como
comerciantes independientes al artículo 75 del Código de Comercio.
Comentarios
finales: El optar por el contrato de concesión mercantil como herramienta
legal para crecer los ingresos de tu negocio, o bien, empezarlo, es una gran opción en la
actualidad, sin embargo, debes conocer a fondo toda las obligaciones y
derechos que se originan en este acto jurídico, por ello, siempre se recomienda
que te encuentres asesorado por tus abogados en todos tus negocios y evites
tomar una mala decisión en tu empresa.

Autor:
Lic.
Andrés Escareño Barrera[2]
Nota: La imagen utilizada forma parte del dominio público.
[2] Abogado postulante
especializado en Materia Mercantil y Laboral.
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